Seguro que más de una vez te has planteado hacer una escapada rural, alquilar una casa en un lugar tranquilo y dedicarte a disfrutar de ti mismo y de tus acompañantes. Puede ser que ya seas un aficionado a esto de la desconexión y ya conozcas la mayoría de bondades que la naturaleza nos ofrece. Tanto si lo estás dudando como si lo tienes claro, vamos a compartir contigo una serie de razones por las que una estancia en la montaña cada cierto tiempo sana el cuerpo y la mente.
1. Rutina, trabajo, familia, tareas domésticas, tráfico… ¿te suena? ¡Seguro que si! La vida de la mayoría de personas transcurre de una manera automática, nos deja poco tiempo para dedicarnos a nosotros mismos y cuando menos lo esperamos aparecen el estrés y la ansiedad. Cuando el nivel de exigencia es muy elevado, nos cuesta darnos cuenta de lo frenético que puede llegar a ser el ritmo. Apaga el móvil, conduce hasta tu lugar de descanso, llena tu maleta de ropa cómoda, lectura y zapatillas de deporte y ¡desconecta! Estar lejos de la ciudad y la rutina harán que se beneficie tu sistema inmune y por supuesto tu sistema nervioso, dejar de recibir tantos impulsos visuales y sonoros hará que baje tu nivel de revoluciones y vuelvas a conectar contigo mismo.
2. ¡Respira aire puro! Nos hemos acostumbrado al humo de las ciudades y a la contaminación, unos días en la naturaleza darán una tregua a tus pulmones. Todas y cada una de tus células se oxigenarán y tu sistema respiratorio mejorará y estará más fuerte para volverse a sumergir en la nube gris de la ciudad.
3. ¿Te gusta el deporte? Entonces no encontrarás un lugar mejor para practicarlo que en las montañas. Rutas a pie, en bici o a caballo, esquí o piragüismo, yoga y meditación, running o trabajos de fuerza… y todo ello en un medio natural ¿hay algo mejor?
4. Otro de los beneficios incomparables que te proporciona la vida en la montaña es el tiempo, tanto si lo quieres para ti solo como si lo quieres compartir con amigos y familia. Recupera el tiempo de calidad con tus hijos, con tus amigos, tu pareja… sal de la cotidianidad y ten conversaciones que den alimento a tu espíritu.
5. ¿Te gusta comer? ¿y cocinar? Entonces seguro que te apetece probar la gastronomía de la zona. También puede que seas un «cocinillas», en ese caso lo mejor es que prepares una lista con todos los ingredientes que vas a necesitar y te pongas manos a la obra. No hay nada mejor que una copa de vino y una buena charla para acompañar una rica jornada gastronómica.
Vivimos ocupados, sin tiempo y muchas veces sin ganas, por eso nosotros te recomendamos que pares de vez en cuando, que respires y hagas un alto en el camino. Trabajar y llenarnos de actividades de ocio es importante pero tomarnos un tiempo para reconectar con nosotros es fundamental, el motor que hará que tu vida sea plena y te haga sentir saludable.